jueves, 30 de septiembre de 2010

Cuando tuve que dormir.

Cuando tuve que dormir desperté.
Y vi claro por un instante
la inmensidad de la realidad.

Y desee no dormir y vivir mis sueños.
Quise mirar a los ojos al mundo,
rasgar hasta el cansancio
todos mis silencios.
Quise quebrar a gritos mis noches,
tomar la luna por bella,
correr por el abismo del tiempo,
caminar por mis años,
hallar la grandeza de mi ser,
y vivirlo todo.

Y asi, cuando se acabe
la vida que me tocó,
no arrepentirme de haber podido,
y no haber vivido.

Eduardo Stigliano.


martes, 5 de enero de 2010

No vuelvo a comer tanto!

Hoy lo mas idiota del mundo vengo a contar... Comi. Comi mucho antes de quedarme dormido... comi guiso saladito y tome mucho jugo muy dulce... y claro, me desperté con una taquicardia que ni te cuento!

Para colmo de esto, me desperté confundido, malhumorado... y me enrosque con mi pobre Chofita que no tenia nada que ver.

Luego de que se me bajaran los humos buscando por internet encontré una explicación lógica a todo:

Cuando comemos mucho y nos vamos a dormir, al no haber gasto de energía (azúcares) a uno le sube la insulina. Si además se trata de una comida salada la presión puede subir también. Es por eso que cuando se come y se va a dormir uno se despierta con pesadillas o duerme mal. Claro, porque el cuerpo tiene exceso de energía. El único remedio es levantarse y esperar a que baje la insulina y se normalice todo (aproximadamente son 2 horas de digestión). Pero bué... será la próxima.

No vuelvo a comer tanto antes de irme a dormir!